Este chalet tenía su propio encanto debido a su ubicación y a que estaba cuidado, son factores importantes para tener en cuenta. Igualmente era necesario resaltarlo para que fuera el único en el que el público se fijara. Ambas habitaciones dobles fueron actualizadas, incluyendo alfombras de color blanco disimulando el suelo oscuro, quitando ambos cabeceros desactualizados por unos de madera fina y de color claro. La decoración de las camas individuales fueron intencionadamente con estilo minimal, incluyendo el mínimo numero de elementos para evitar cargar las estancias. El comedor fue transformado con el color amarillo como principal, haciendo que la estancia adquiriera más vitalidad, además de representar una mesa recién puesta para hacer que el visitante se sintiera como en casa. El balcón ya disponía de buen carácter con las barandillas de origen, de esta manera añadí al conjunto de sofás un ambiente acogedor con unos cojines y manta combinando con rosa y gris. Además, las dos copas junto con la botella de cava y la revista recrean el ambiente que el cliente podría disfrutar en esa casa, algo muy importante en el momento en que ponemos a la venta un inmueble.